En el artículo de hoy veremos 10+1 fantásticos consejos y recomendaciones (aplicables a todos los niveles) que, sin duda, te ayudarán a potenciar y mejorar tu ajedrez.
Tabla de contenidos
- 1 Número 1. Trata de mantener la iniciativa
- 2 Número 2. Sé constante
- 3 Número 3. Ten un profesor
- 4 Número 4. No te obsesiones con la pareja de alfiles
- 5 Número 5. Estudia aperturas
- 6 Número 6. Estudia finales
- 7 Número 7. No te fustigues si pierdes
- 8 Número 8. Haz ejercicios
- 9 Número 9. Lee libros
- 10 Número 10. No pierdas la fe
- 11 Bonus. Subscríbete a nuestro canal
Número 1. Trata de mantener la iniciativa
Esto aplica tanto si juegas con blancas como si juegas con negras, aunque evidentemente tiene más peso si estás jugando con las piezas blancas. En definitiva, debes intentar (al menos durante la fase de apertura) no hacer jugadas que pueden ser fácilmente rechazadas y te hagan perder tiempos.
Por ejemplo, debemos evitar mover un alfil o un caballo a una posición donde el jugador contrario pueda expulsar fácilmente nuestra pieza moviendo un peón. De hecho, hay ocasiones en que nuestro adversario podría expulsar nuestra pieza y al mismo tiempo desarrollar una de las suyas, lo que sería doblemente negativo para nosotros.
Número 2. Sé constante
Entendemos que, como la mayoría, seguramente seas un jugador aficionado y ni mucho menos se te pasa por la cabeza el dedicarte al ajedrez profesionalmente (o quizás sí). Pero en cualquier caso, es recomendable mantener un ritmo constante, tanto de ejercicios de entrenamiento como de partidas, ya que así se automatizan jugadas y sistemas que luego te pueden ayudar a afrontar todo tipo de partidas (sobre todo las rápidas).
Además, lo más importante es que tengas en cuenta lo siguiente: la constancia es el alimento más importante para que tu cerebro pueda ir poco a poco mejorando su capacidad de cálculo.
Número 3. Ten un profesor
Aunque este consejo aplica a todos los niveles, es obvio que es indispensable si quieres llegar a tener un cierto nivel ajedrecístico. Si bien es cierto que hay jugadores autodidactas que no necesitan profesor para progresar, esto no suele ser lo habitual, y para ir quemando etapas y evolucionar más rápido, nuestra recomendación es que consigas un buen profesor lo antes posible.
Número 4. No te obsesiones con la pareja de alfiles
Por todos (o casi todos) es sabido que mantener la pareja de alfiles en una partida es un punto a favor que nos puede dar cierta ventaja debido al mayor alcance que tienen con respecto a los caballos. Sin embargo, esta máxima habrá que valorarla según cada situación de partida. Quizás estemos en una posición con muchísimos peones en el centro y, por tanto, con nuestros alfiles algo maniatados, o quizás tengamos la posibilidad de meter un caballo en una posición ventajosa desde la que no pueda ser expulsado ni por un peón ni por una pieza menor del contrario (lo que El Capa llama «el caballosaurio»).
En estos casos y en otros similares, podemos asumir perfectamente el ceder la pareja de alfiles en pos de la flexibilidad que puede proporcionarnos un caballo. Dicho lo cual, también hay quien le gusta más jugar con los caballos que con los alfiles, lo cual también es totalmente respetable.
Número 5. Estudia aperturas
Tampoco es que sea un requisito indispensable para jugar, ya que podemos analizar cada situación y buscar la mejor solución en cada caso, pero sí que es cierto que, sobre todo en partidas rápidas, el tener estudiadas determinadas aperturas ayuda a crear automatismos y a ganar tiempo.
Por ejemplo, algunas situaciones que a mí en lo personal me están ayudando, consisten en sacar directamente el alfil a c5 frente a la apertura italiana (para evitar que éste quede dentro de la estructura de peones de mi defensa), o si abro con una española y me responden con la defensa berlinesa entonces enrocar directamente (buscando posibles descubiertas en la columna e si me comen el peón de e4). En fin, que habrá quien piense que esto no debe ser así, pero a mí la verdad que me ha ido bastante bien con estas jugadas, y seguro que hay muchos más ejemplos parecidos.
Número 6. Estudia finales
Al igual que en el punto anterior aconsejábamos estudiar aperturas, el estudio de finales es si cabe más importante. De nada sirve realizar una partida descomunal, y luego no saber cómo dar mate con una torre.
Del mismo modo, podemos llegar a un final en el que solo tenemos el rey contra un peón y el rey enemigo, pero si no conocemos la regla de la oposición se reducen muchísimo nuestras posibilidades de buscar las tablas. Y así muchos otros casos de finales de peones, que sin duda debemos estudiar para aumentar nuestras posibilidades de ganar o, por lo menos, de no perder.
Número 7. No te fustigues si pierdes
A todos nos gustaría ser tan buenos como Bobby Fischer, Magnus Carlsen, etc. Sin embargo, la mayoría somos mortales que seguimos aprendiendo y que, como no, en un momento dado podemos cometer un error que tire nuestra partida a la basura (de hecho, hasta al propio Magnus le ha pasado).
Cuando esto ocurre, más que enfadarnos, lo que deberíamos hacer es analizar qué ha pasado y cómo podemos hacerlo mejor la próxima vez. Además, no hay que olvidar que al otro lado hay una persona como nosotros, que por supuesto también quiere ganar la partida, y que seguramente habrá visto un tutorial tan bueno como éste y estará preparado.
Número 8. Haz ejercicios
Aunque estaremos de acuerdo en que lo más divertido es jugar y, a ser posible, aplastar a tu oponente, el estudio de determinadas posiciones y los ejercicios de cálculo puede ayudarte muchísimo, ya sea a confeccionar jugadas en varios pasos con las que puedes ganar material (o incluso la partida), o a anticiparte a jugadas de tu oponente que antes no eras capaz de ver a simple vista.
En definitiva, cuanto más practiques, más mejorarás, pero no te centres solo en jugar, ya que en cierto modo estarías limitando tu capacidad de aprendizaje. Piensa que el entrenamiento mejorará a la larga tu experiencia a la hora de afrontar partidas.
Número 9. Lee libros
Los buenos libros de ajedrez pueden ser el espaldarazo definitivo que te puede ayudar a pasar de un nivel básico o intermedio a un nivel avanzado. Pero ojo, que no todo el mundo puede leer este tipo de libros, ya que para entenderlos es necesario contar ya con un cierto nivel, siendo imprescindible el dominar la notación algebraica para entender las situaciones que se nos plantean a lo largo de su lectura.
Si ya dominas esta notación, te animamos a que leas los libros que más se asemejen a tu nivel porque, de verdad, que notarás la diferencia. De hecho, hay libros de todo tipo que podrían ser tu interés: aprendizaje básico, aperturas, finales de peones, partidas legendarias, etc.
Número 10. No pierdas la fe
Aunque sientas que tu rival está siendo muy superior a ti y que la partida se te está escapando por momentos, no debes darte nunca por vencido. Ten en cuenta que no somos máquinas, y que aunque tu oponente pueda a priori tener un mayor nivel que tú, también puede equivocarse y se puede dar la vuelta a la situación.
Por otro lado, si aguantas lo suficiente, quizás se dé alguna circunstancia del juego en la que puedas meter mano y decantar la balanza a tu favor (o, por lo menos, equilibrar). Además, si abandonamos a las primeras de cambio (por ejemplo, si perdemos un peón), tampoco entrenamos la manera de salir de las situaciones comprometidas que, sin duda, se darán tarde o temprano.
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